Los hogares más pobres en México continúan dependiendo significativamente de las transferencias directas para subsistir, reveló la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024, elaborada por el Inegi.
Según el reporte, el 36.2% del ingreso promedio del decil I —el grupo que agrupa al 10% de las familias con menor ingreso en el país— provino de becas, pensiones, programas sociales o remesas. Esto significa que casi 4 de cada 10 pesos que ingresan a estos hogares tienen origen en transferencias y no en actividades laborales o productivas.
¿Cómo se comparan otros grupos?
- En el decil V (nivel medio), las transferencias representaron el 18.5% del ingreso total.
- En el decil X, que agrupa a las familias más ricas, sólo el 15.6% del ingreso corresponde a este rubro.
¿Qué implica esta dependencia?
Aunque los ingresos de los hogares más pobres han aumentado en los últimos ocho años, esta alta dependencia de apoyos externos refleja una vulnerabilidad estructural. Las familias no pueden sostener su economía sin el apoyo constante del gobierno u otras fuentes externas.
Expertos advierten que esta situación, si bien permite cierto alivio de corto plazo, limita las posibilidades de movilidad social y profundiza la fragilidad económica en momentos de crisis o cambios de administración.
En resumen:
- Decil I (más pobres): 36.2% de su ingreso viene de transferencias
- Decil V (nivel medio): 18.5%
- Decil X (más ricos): 15.6%
- La mejora de ingresos en los hogares más pobres no está ligada al empleo formal o al aumento de salarios, sino a los programas de apoyo
Este patrón subraya la urgencia de políticas públicas enfocadas en generar empleo digno, formalización laboral y desarrollo productivo, para evitar que millones de familias sigan dependiendo de ayudas que no necesariamente están garantizadas a largo plazo.
