Las remesas enviadas a México se desplomaron un 16.2% en junio de 2025, totalizando 5,202 millones de dólares frente a los 6,213 millones del año previo, según el Banco de México (Banxico). Este descenso, el más pronunciado desde 2012, refleja el impacto de políticas migratorias restrictivas en Estados Unidos y la incertidumbre económica global.
Estados Unidos, origen del 96.8% de los envíos, implementó un gravamen del 1% a las transferencias, desincentivando los flujos. La remesa promedio cayó de 419 a 402 dólares, mientras que el número de operaciones disminuyó un 12.3%. Analistas de Citibanamex atribuyen el retroceso a la menor actividad laboral de migrantes indocumentados, afectada por amenazas de deportación.
De enero a junio, las remesas sumaron 29,577 millones de dólares, un 5.4% menos que en 2024. Regiones como Oaxaca y Guerrero, donde los envíos representan hasta el 15% del PIB local, enfrentan un impacto significativo. El consumo interno, que depende en gran parte de estos recursos, podría desacelerarse, advierte Banorte.
El gobierno mexicano evalúa estrategias para contrarrestar esta caída, aunque expertos dudan de su efectividad si persisten las tensiones comerciales y migratorias con EU.