Argentina está emergiendo como un actor crucial en el mercado mundial de gas, impulsada por el yacimiento de Vaca Muerta, según un análisis de Rystad Energy. Este megayacimiento, el segundo más grande del mundo en gas no convencional, podría generar exportaciones de gas natural licuado (GNL) por 20 mil millones de dólares anuales para 2030, fortaleciendo la economía del país.
La producción de Vaca Muerta ha crecido exponencialmente, pasando de 6% del gas argentino en 2016 a casi 50% en 2024. Empresas como YPF y Tecpetrol lideran la explotación, apoyadas por un marco regulatorio más flexible tras la llegada de Javier Milei a la presidencia. La región ya exporta gas a Brasil y Chile, y planea envíos de GNL a Europa y Asia, diversificando mercados frente a la incertidumbre geopolítica global.
Sin embargo, expertos advierten sobre desafíos: la infraestructura de transporte y licuefacción requiere inversiones multimillonarias, y la dependencia de socios extranjeros podría generar vulnerabilidades. A pesar de ello, el gobierno argentino apuesta por Vaca Muerta para posicionarse como un proveedor energético estratégico, en un contexto de creciente demanda global de gas. El impacto económico y la estabilidad energética regional están en juego.





