Donald Trump lanzó una oferta descarada: Canadá puede sumarse gratis a su “Cúpula Dorada”, un escudo antimisiles de 175 mil millones de dólares, pero solo si se convierte en el estado 51 de EE. UU. Sí, leyeron bien: ¡anexión a cambio de protección! El proyecto, que promete estar listo para 2029, busca frenar misiles hipersónicos y balísticos, pero expertos dudan de su viabilidad técnica y alertan que los costos podrían dispararse a 542 mil millones en 20 años. Trump, fiel a su estilo, dijo que Canadá “está considerando” la oferta, aunque no hay evidencia de eso.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, no se tragó el anzuelo. Rechazó ceder soberanía y criticó la dependencia de Canadá hacia EE. UU., donde va el 75% de su gasto en defensa. En vez de plegarse al capricho de Trump, Carney mira a Europa para diversificar alianzas y fortalecer la industria de defensa canadiense. ¡Un zasca diplomático! Mientras, Trump insiste en que Canadá pagaría 61 mil millones si quiere la “Cúpula” sin unirse a EE. UU., como si fuera un club VIP con cuota de entrada.
Este plan, inspirado en la Cúpula de Hierro israelí, pero con esteroides, refleja la obsesión de Trump por el “América primero”.