La propuesta de un impuesto del 3.5% a las remesas enviadas desde Estados Unidos, aprobada por la Cámara de Representantes, generaría un menor consumo entre migrantes mexicanos, advirtió Janneth Quiroz, directora de análisis de Grupo Financiero Monex. Este gravamen, parte del plan fiscal de Donald Trump, afectaría principalmente a los 4 millones de migrantes indocumentados, de los 12 millones de mexicanos en EU.
El impuesto, que entraría en vigor en 2026, podría reducir en un 3.5% los ingresos de 4.9 millones de hogares mexicanos que dependen de estas transferencias, equivalentes a 64,745 millones de dólares en 2024. Quiroz señaló que, para compensar la retención, los migrantes podrían disminuir su consumo en EU o buscar canales informales, incrementando riesgos y costos. La paridad cambiaria, con un peso estabilizado, podría mitigar el impacto, pero no lo elimina.
Expertos del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) coinciden en que el efecto sería limitado, ya que migrantes con ciudadanía o residencia legal estarían exentos. Sin embargo, la medida preocupa a comunidades dependientes de remesas, como Chiapas y Guerrero. México impulsa acciones diplomáticas para frenar este gravamen, considerado discriminatorio y violatorio de tratados bilaterales.