La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría traer consigo la imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas, pero en México existen diversas opciones para contrarrestar estas medidas, según analistas.
Moody’s Analytics propone tres posibles mecanismos de defensa: una represalia arancelaria equivalente, una depreciación competitiva de la moneda y una estrategia comercial más calculada. Sin embargo, las dos primeras alternativas podrían intensificar el conflicto comercial, llevando a una guerra tarifaria o cambiaria. En cambio, una reacción comercial bien planeada podría generar un impacto menos severo y de duración más corta.
«Es fundamental que México adopte un plan estratégico para lograr un resultado más favorable y efectivo. La estrategia debe constar de dos fases a ejecutarse de manera secuencial; si la primera no tiene éxito, el país debe pasar inmediatamente a la segunda», señala el análisis.
La primera fase debe centrarse en una diplomacia y política de alto nivel, utilizando argumentos sólidos y convincentes que destaquen los beneficios de un acuerdo justo y colaborativo entre todas las partes. En caso de no tener éxito, la segunda fase implicaría una respuesta basada en los movimientos del oponente, buscando un impacto más efectivo. «No se trata de replicar la acción del oponente, sino de imponer aranceles a productos estadounidenses específicos que sean altamente sensibles, costosos y disruptivos para ellos», explicó el experto.
El riesgo de aranceles es particularmente relevante debido al creciente volumen de exportaciones mexicanas a Estados Unidos. Entre enero y octubre, las exportaciones mexicanas representaron el 15.7% del total de compras estadounidenses, lo que posiciona a México como el principal proveedor, por encima de China (13.4%) y Canadá (12.7%).
La mejor opción
Jorge Molina Larrondo, experto en políticas públicas, consideró que la estrategia de reacción comercial podría ser la más efectiva frente a posibles políticas arancelarias. «El 75% de nuestras importaciones son bienes intermedios, por lo que responder con aranceles uno a uno incrementaría los costos de producción en México», advirtió. Así, el país debería ser muy cauteloso en su respuesta para evitar daños a su industria.
En cuanto a la opción de depreciación competitiva de la moneda, Molina Larrondo comentó que solo sería viable si Trump implementara aranceles del 5 al 10%, ya que la devaluación del peso mexicano frente al dólar podría neutralizar ese costo.
El escenario más negativo, según el especialista, sería la imposición de aranceles del 25%, lo que podría hacer inviable el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), obligando a adelantar la revisión de 2026 y a renegociar el acuerdo en su totalidad.