Los líderes parlamentarios de Morena, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, acudieron anoche a Palacio Nacional en un intento por limar asperezas en medio de tensiones internas en el partido. Aunque ambos evitaron declaraciones a la prensa, Monreal compartió en redes sociales que se reunió con la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y López para “buscar acuerdos y entendimientos por el bien del país y del movimiento”.
Señales de Fracturas Internas
Horas antes, Monreal había señalado que las «campañas mediáticas orquestadas» en su contra y las diferencias internas podrían deteriorar la estructura de Morena. Sin embargo, en conferencia de prensa posterior, aseguró que no profundizaría en la polémica porque “nadie gana” con el conflicto.
Concentración de Poder y Retos de Institucionalización
Fernando Landeros Ortiz, analista de Strategia Electoral, atribuye el conflicto a la concentración de poder dentro del partido. Según él, este fenómeno genera inevitables fracturas en grupos políticos dominantes.
Por su parte, Patricio Morelos, director de Poligrama, destacó que Morena enfrenta el desafío de institucionalizarse. «El control político y económico genera tensiones entre liderazgos con intereses personales y de grupo, quienes deben encontrar puntos de encuentro», señaló.
Una Tregua Frágil
La reunión podría marcar un intento por reforzar la cohesión interna del partido, que enfrenta críticas por su manejo del poder y las pugnas entre sus principales figuras. Sin embargo, los retos de conciliación entre los líderes de Morena aún persisten, con la necesidad de equilibrar intereses individuales y el proyecto colectivo del movimiento.