La reciente caída del peso mexicano durante los últimos tres meses lo ha convertido en una oportunidad atractiva para los inversores dispuestos a enfrentar la posible turbulencia del mercado, según JPMorgan Chase & Co.
El mayor banco estadounidense mantiene su recomendación de invertir en el peso, a pesar de la creciente volatilidad y una caída cercana al 14% frente al dólar desde finales de mayo, lo que llevó a competidores como Barclays, Citigroup y Goldman Sachs a retirar sus recomendaciones alcistas en las últimas semanas.
La presión de venta no muestra signos de ceder. La moneda ha bajado más del 3% esta semana y actualmente se cotiza en alrededor de 19.8 por dólar. Si mantiene estos niveles al cierre de la sesión en Nueva York, será la cifra más baja desde finales de 2022.
Este descenso es parte de una tendencia que ha convertido al peso mexicano en la moneda de peor desempeño entre los mercados emergentes desde que las elecciones de junio despertaron preocupaciones sobre los planes del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador para reformar el sistema judicial del país. Las inquietudes de que estas nuevas reglas puedan debilitar los controles y contrapesos han superado cualquier alivio que se hubiera podido sentir ante las expectativas de una política más flexible de la Reserva Federal (Fed).
A pesar de esto, Saad Siddiqui, estratega de renta fija para mercados emergentes en JPMorgan, sostiene que la caída presenta una oportunidad. Siddiqui argumenta que las razones que hicieron del peso la moneda más fuerte del mundo durante gran parte de los últimos dos años, como el aumento de remesas desde Estados Unidos y la inversión de empresas que buscan reubicar su producción cerca de ese país, siguen vigentes.
“A los 19 años, no hay duda sobre la valoración del peso”, señaló Siddiqui en una entrevista.
En respuesta al entorno actual, el banco ha recomendado sobreponderar el peso desde noviembre de 2022. Desde que se emitió esta recomendación, el peso se ha debilitado un 1.1%, aunque el banco ha mantenido una cobertura desde mayo.
En ese mes, JPMorgan recomendó una cobertura de dos frentes para la posición sobreponderada en pesos. Sugerió vender una opción call digital dólar-peso a tres meses, apostando a que el par estaría por debajo de 18.50 al final del período, y combinó esto con una posición larga en una opción call digital a seis meses con el mismo precio de ejercicio.
La semana en curso destaca la volatilidad que enfrentan los inversores en pesos, quienes ya se han visto afectados por la liquidación de posiciones de carry trade global y ahora deben lidiar con un nuevo gobierno en México y con las elecciones en Estados Unidos, el mayor socio comercial de México.
El lunes, la reforma judicial propuesta por el presidente López Obrador recibió el respaldo de una comisión clave del Congreso, lo que provocó una nueva caída del peso. Existe el temor de que esta reforma debilite los límites al poder del partido gobernante.
El miércoles, la moneda se recuperó parcialmente después de que Ricardo Monreal, el próximo líder de Morena en la Cámara de Diputados, asegurara que los legisladores no apresurarían la aprobación de la propuesta. Sin embargo, el peso volvió a perder valor después de que la presidenta electa Claudia Sheinbaum anunciara que dos senadores de la oposición se habían unido a la coalición gobernante, acercando a Morena a la supermayoría necesaria en ambas cámaras para modificar la constitución. El jueves, el peso volvió a caer.
Además, las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos también contribuyen a la volatilidad en los mercados de divisas. El resultado de la votación es especialmente relevante para México, dada la especulación sobre posibles aumentos de aranceles si el expresidente Donald Trump gana en noviembre.
“La política importa y existe el riesgo de eventos inesperados, lo que hace que los inversores duden en reinvertir”, comentó Siddiqui.
Sin embargo, JPMorgan sigue creyendo que las fortalezas estructurales de México, como los sólidos balances comercial y externo, un banco central independiente y la tendencia hacia el nearshoring, eventualmente reafirmarán la fortaleza del peso.
“En algún momento, el peso mexicano será un activo importante”, concluyó Siddiqui. “Solo necesitamos que el mercado confíe en su recuperación”.