Cerca de 200 hectáreas de cultivos de maíz se perdieron en la región de Cápula, municipio de Ixmiquilpan, debido a la falta de agua y la plaga de araña roja. Esta área, integrada por las localidades indígenas de San Pedro, Mirador y El Jaguey, enfrenta una grave crisis agrícola.
Durante un recorrido por la zona, La Jornada constató que las plantas de maíz no se desarrollaron adecuadamente, muchas de ellas permanecen secas y no superan unos cuantos centímetros de altura. Pablo Vaquero Hernández, uno de los productores afectados, explicó que la araña roja es un ácaro que prospera en ambientes secos y este año ha causado una pérdida del 90%.
«En años anteriores, producíamos ocho toneladas de maíz por hectárea, pero este año la pérdida es casi total», afirmó Vaquero Hernández. Otros campesinos explicaron que el ácaro aparece cuando la humedad relativa es muy baja, exacerbada por la sequía extrema en la región. Juan Hernández, otro labriego, señaló que es la primera vez que enfrentan esta plaga, subrayando la gravedad de la sequía.
La araña roja deja pequeñas manchas negras en las hojas del maíz, de las cuales se alimenta, causando su desecación y muerte prematura. Este problema ha afectado a 280 campesinos en San Pedro, Mirador y El Jaguey, quienes en promedio tienen una hectárea de tierra cada uno. «Cada productor invirtió diez mil pesos por hectárea, inversión que no recuperarán», lamentó otro agricultor.
Además del maíz, otros cultivos como el chile de árbol también se perdieron debido a la falta de agua. Las plantas de chile apenas alcanzaron 10 centímetros de altura, cuando lo normal es que superen el metro y medio.
Esta situación pone en evidencia la vulnerabilidad de la agricultura local ante el cambio climático y la necesidad urgente de soluciones sostenibles para la gestión del agua y el control de plagas.