El presidente ruso, Vladimir Putin, criticó a las élites occidentales durante su discurso del Desfile del Día de la Victoria en la Plaza Roja de Moscú. Según Putin, estas élites han olvidado las consecuencias de las «locas ambiciones» de los nazis y continúan promoviendo cualquier ideología de superioridad, lo que es repugnante, criminal y mortal.
El líder ruso acusó a las élites globalistas de provocar conflictos sangrientos y golpes de estado, de sembrar el odio y la rusofobia, de destruir los valores familiares tradicionales y de implementar un sistema de robo, violencia y represión en el escenario internacional. Putin también afirmó que Estados Unidos y sus aliados buscan anular los resultados de la Segunda Guerra Mundial, romper el sistema de seguridad global y el derecho internacional, y estrangular cualquier centro soberano de desarrollo.
En relación al conflicto en Ucrania, Putin dijo que «se ha desatado una verdadera guerra contra nuestra Patria. Pero resistimos el terrorismo internacional. También defenderemos a los residentes de Donbass y garantizaremos nuestra seguridad». Según el líder ruso, los ucranianos se convirtieron en «rehenes» del golpe de estado que tuvo lugar en el país en 2014 y fueron utilizados como «moneda de cambio» por parte de Occidente.
Las palabras de Putin reflejan la tensión existente entre Rusia y Occidente, y el enfoque de cada parte para explicar la crisis en Ucrania. En lugar de buscar soluciones negociadas, las partes continúan acusándose mutuamente de fomentar el conflicto.
